En este post vamos a realizar una ruta por los Llanos de Napazal y el Barranco de Igüer. Qué ver y cómo llegar a la también conocida como ruta del Puerto de Aísa. Se ubica en pleno Parque Natural de los Valles Occidentales, muy cerca del encantador pueblo de Aísa, en Huesca. Si no conoces la zona, toma nota porque te enamorará.

Ruta por el Valle de Aísa

Ruta por los Llanos de Napazal y el Barranco de Igüer




CÓMO LLEGAR AL COMIENZO DE LA RUTA

Para llegar hasta el comienzo de la ruta de Puerto de Aísa hay que pasar sí o sí por el pueblo de Aísa. Hay que adentrarse en él y cruzarlo, para tomar una carretera que se adentra en el valle. En el mapa que hemos dejado más abajo indicamos exactamente cómo llegar y también el itinerario de la ruta a pie.

Aísa

Aísa

Una vez en la carretera que os comentábamos, es seguirla, sin desviarse. Justo antes de llegar a dos curvas muy cerradas, a nuestra izquierda, podremos contemplar la Cascada del Sibiscal. Nosotros aparcamos el coche en una pequeña explanada que hay a la derecha de la carretera y disfrutamos de este rincón escondido y muy bien cuidado y decorado con un puentecito de madera, desde donde se aprecia en todo su esplendor la caída del agua.

Cascada del Sibiscal

Cascada del Sibiscal

Continuando, pasaremos las dos curvas cerradas y en nada llegaremos al final de la carretera, donde veremos una puerta que no permite continuar. En esa zona, conocido como el aparcamiento de La Cleta, dejaremos el vehículo y comenzaremos la ruta por el Parque Natural de los Valles Occidentales.

RUTA DE LOS LLANOS DE NAPAZAL Y EL BARRANCO DE IGÜER

Datos de la ruta:

  • Ruta circular
  • Distancia: unos 8 kms
  • Duración: 3 horas
  • Dificultad: sencilla y recomendable para niños y perros
  • Época recomendada: primavera y otoño la mejor época. Invierno debido a la nieve puede resultar imposible y en verano, si es un día muy caluroso tampoco es la mejor opción porque es una ruta muy abierta y sin sombra.

La ruta a pie por el puerto de Aísa comienza en el aparcamiento de La Cleta. Cruzaremos la puerta y seguiremos el sendero empedrado. Los primeros 15 minutos, hasta llegar a lo que es el valle, son con pendiente hacia arriba. Pero no os preocupéis porque el resto de la ruta es muy llana. En este tramo escucharemos el tránsito del río Estarrón o Estarrún y podremos bajar a unas escondidas pozas naturales para darnos un baño muy refrescante.

río Estarrón o Estarrún

Río Estarrún

Una vez dejada atrás la pendiente, nos encontramos a nuestra izquierda con el Refugio de Saleras y de frente con las cascadas del Barranco de Igüer y los maravillosos Llanos de Napazal. Además, podremos contemplar a partir de aquí los inconfundibles Mallos de Lecherín, conocidos también como Mallos de Lecherines, situados a 2452 m. de altura.

Mallos de Lecherín

Mallos de Lecherín

A partir de aquí la ruta es bastante llana y sencilla. Aunque nosotros, debido al deshielo, tuvimos que saltar un pequeño arroyo jajaja pero nada del otro mundo. En este tramo confluyen los barrancos de Igüer y Rigüelo y se suceden varias cascadas y saltos de agua que son una auténtica maravilla. Perfectas para relajarse un poco junto a ellas, darse un bañito y tirar mil fotografías para el recuerdo.

cascadas y saltos de agua

Cascadas y saltos de agua

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Tras pasar el Barranco de Igüer nos adentramos en los Llanos de Napazal. Asombrosos. Un extenso campo verde, rodeado de altas montañas nevadas, con un arroyo a nuestra izquierda y sarrios, corzos, rebecos y zorros correteando a nuestro alrededor y parándose, de vez en cuando, para mirarnos fijamente. Una auténtica experiencia.

Llanos de Napazal

Llanos de Napazal

Sarrios en Aísa

Animales a nuestro alrededor

Desde aquí se pueden realizar varias rutas. Nosotros, al haber bastante nieve en algunos puntos elevados, decidimos continuar por los Llanos de Napazal hasta encontrarnos de frente con un gran muro vertical de piedra, el Circo de Igüer, que cierra el barranco.

Circo de Igüer

Circo de Igüer

Aquí decidimos dar la vuelta pero no volvimos exactamente por el mismo camino, sino que caminamos cuesta arriba por un sendero que se abre a nuestra derecha. Este nos eleva a media altura de la ladera y nos adentra en la nieve. Fue cuando comenzamos a ver los Llanos de Napazal y el Barranco de Igüer desde lo alto. Una vista asombrosa.

Valle de Aísa

Valle de Aísa

Dejamos atrás el terreno nevado, pero las vistas continúan siendo magníficas. El sendero es estrecho pero está señalizado y siguiendo las indicaciones podremos volver al punto de inicio de la ruta. Nos podemos guiar por los Mallos de Lecherín, que nos acompañarán durante gran parte de la ruta, y por el Refugio de Saleras.

Cascada en el Valle de Aísa

Cascada en el Valle de Aísa

Junto al refugio es donde tendremos que llegar para retomar el sendero que al inicio de la ruta nos tocó subir y ahora deberemos bajar para llegar al aparcamiento de La Cleta y finalizar nuestra ruta por el Valle de Aísa.

Dejamos el mapa con el itinerario de esta espectacular ruta por el Barranco de Igüer y los Llanos de Napazal.

QUÉ VER CERCA

Cerca de la ruta de los Llanos de Napazal y el Barranco de Igüer encontramos dos pueblos que recomendamos visitar. Son Aísa y Borau. Dos pequeños municipios que conservan su arquitectura y que son un verdadero encanto. Más alejada se encuentra la bella ciudad de Jaca, con su Ciudadela.

Catedral de Jaca

Catedral de Jaca

Y también recomendamos conocer en los alrededores la Cueva de las Güixas, en el pueblo de Villanúa, la mágica Estación de Canfranc y la Estación de esquí de Candanchú.

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Estación de Canfranc

Estación de Canfranc

La verdad que Huesca es una región preciosa que a nosotros nos cautivó en cuanto la pisamos. Pueblos con encanto, rutas de senderismo, cascadas, ríos, arroyos… Perfecta para los amantes de los pueblecitos y de la naturaleza. ¿Conoces la provincia de Huesca? ¿Te gustó tanto como a nosotros?